ODS - LA IMPLEMENTACIÓN
La aplicación de la Agenda 2030 debe guiarse por cinco principios generales. Estos son:
- Universalidad,
- enfoque integrado,
- responsabilidad compartida,
- sin dejar a nadie atrás, y
- responsabilidad.
Los principios aclaran la nueva calidad de la Agenda 2030 y son la base de las contribuciones individuales a su aplicación.
La Agenda 2030 se aplica universalmente a los países en desarrollo, emergentes e industrializados por igual, porque cada país debe cambiar sus acciones en el sentido del desarrollo sostenible.
El desarrollo sostenible y la consecución de los ODS no son tarea exclusiva de los gobiernos. Solo podrán alcanzarse si todos los actores asumen su responsabilidad conjunta y trabajan juntos: Gobiernos, empresas, grupos de la sociedad civil, ciudadanos, mundo académico y muchos más.
Esto requiere la necesidad de trabajar con nuevos instrumentos, socios y enfoques y exige un cambio de paradigma en la cooperación internacional.
Esto significa tener en cuenta por igual los aspectos sociales, medioambientales y económicos del desarrollo. Los distintos retos del desarrollo están estrechamente interrelacionados y son interdependientes. En este contexto, ningún objetivo debe perseguirse a expensas de otro (enfoque integrado). El crecimiento económico, por ejemplo, no debe ir acompañado de un despilfarro de recursos y, por tanto, en detrimento de los ecosistemas terrestres y acuáticos.
No dejar a nadie atrás significa que las personas con menos oportunidades de desarrollo y con la voz más baja deben situarse en el centro. Hay que llegar primero a las personas que tienen menos oportunidades de desarrollo.