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Campaña contra la violencia doméstica

Empoderar a las comunidades, acabar con la violencia: Abordar la crisis mundial de la violencia doméstica

En un mundo que lucha por la igualdad y la justicia, la persistencia de la violencia doméstica sigue siendo una realidad aleccionadora. Especialmente alarmante es la prevalencia de la violencia contra las mujeres dentro de los confines de sus propios hogares. Esta insidiosa forma de abuso no sólo inflige un daño inmediato, sino que perpetúa ciclos de trauma y desigualdad a través de generaciones. Como ONG reconocida como entidad de carácter consultivo general por las Naciones Unidas, la Unión de Lazarus se ha comprometido a abordar de frente este problema acuciante, a abogar por el cambio y a capacitar a las comunidades para crear sociedades más seguras y equitativas.

Comprender la crisis mundial:

La violencia doméstica no conoce fronteras: trasciende la geografía, la cultura y la situación socioeconómica. Se manifiesta de diversas formas, como el maltrato físico, sexual, emocional y económico. Aunque tanto hombres como mujeres pueden ser víctimas, las estadísticas indican abrumadoramente que las mujeres y las niñas son las más afectadas por esta violencia. Según la Organización Mundial de la Salud, se calcula que una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual, sobre todo por parte de su pareja. Estas asombrosas cifras subrayan la urgente necesidad de una acción colectiva para combatir la crisis mundial de la violencia doméstica.

Impacto en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS):

Las repercusiones de la violencia doméstica se extienden mucho más allá de las víctimas individuales, impregnando todos los aspectos de la sociedad e impidiendo el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Varios ODS se ven directamente afectados por la prevalencia de la violencia doméstica:

  1. ODS 5: Igualdad de género - La violencia doméstica es una violación flagrante de los derechos de la mujer, que socava los esfuerzos por lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas. Al perpetuar la discriminación y la desigualdad basadas en el género, obstaculiza la capacidad de las mujeres para participar plenamente en las esferas económica, social y política.
  2. ODS 3: Buena salud y bienestar - Las víctimas de la violencia doméstica sufren a menudo consecuencias para su salud física y mental, que van desde lesiones y dolor crónico hasta ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático. Abordar la violencia doméstica es crucial para promover la salud y el bienestar de las personas y las comunidades.
  3. ODS 16: Paz, justicia e instituciones sólidas - La violencia doméstica prospera en entornos en los que reina la impunidad y los sistemas judiciales no protegen adecuadamente a las sobrevivientes. Reforzar los marcos jurídicos, mejorar el acceso a la justicia y promover la rendición de cuentas son esenciales para construir sociedades pacíficas e inclusivas.
  4. ODS 10: Reducción de las desigualdades - La violencia doméstica exacerba las desigualdades existentes, especialmente las relacionadas con el género, los ingresos y la condición social. Al perpetuar los ciclos de pobreza y marginación, obstaculiza los esfuerzos por reducir las disparidades y promover un crecimiento integrador.
Hacer frente a la crisis

Poner fin a la crisis mundial de la violencia doméstica requiere un enfoque polifacético que implique a gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, comunidades e individuos. La Unión Lázaro participa activamente en iniciativas de defensa, sensibilización, capacitación y apoyo directo dirigidas a:

  • Promover leyes y políticas sensibles a las cuestiones de género que protejan a las supervivientes, responsabilicen a los agresores y prevengan la violencia.
  • Prestación de servicios integrales de apoyo, incluidos refugios, líneas directas, asesoramiento, asistencia jurídica y programas de capacitación económica para supervivientes.
  • Sensibilizar y cuestionar las normas y actitudes de género perjudiciales mediante la educación, campañas en los medios de comunicación y actividades de divulgación en la comunidad.
  • Crear asociaciones y coaliciones para movilizar recursos, compartir buenas prácticas y amplificar las voces de los supervivientes.
Capacitar a las comunidades para el cambio:

En el centro de nuestros esfuerzos se encuentra la creencia en el poder de las comunidades para impulsar un cambio significativo. Fomentando la colaboración, la resiliencia y la solidaridad, capacitamos a las personas y a las organizaciones de base para que se conviertan en agentes del cambio en sus propias comunidades. Juntos podemos crear un mundo en el que todas las personas, independientemente de su sexo, puedan vivir libres del miedo a la violencia y la opresión.

Conclusión:

La crisis mundial de la violencia doméstica exige una acción urgente y concertada de todos los sectores de la sociedad. La Unión de Lazarus, como ONG con estatus consultivo general en las Naciones Unidas, nos comprometemos a desempeñar nuestro papel en este esfuerzo colectivo. Mediante la promoción, la capacitación y la solidaridad, nos esforzamos por construir un futuro en el que todas las personas puedan vivir con dignidad, seguridad y respeto. Únete a nosotros en nuestra misión de acabar con la violencia doméstica y crear un mundo más justo y equitativo para todos.

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